lunes, 16 de mayo de 2011

Una de amigas


Era el primer día de haber llegado a Phnom Penh... salimos a "dar una vuelta" y buscar el Palacio Real... estaba cerrado... dimos vueltas, tomamos fotos, conversamos con aquellos que parecían padecer de insomnio, o huían del calor de sus hogares. 

Mientras existan personas que deambulan por las calles, podrán observarse vendedores ambulantes... Esta era la realidad de estas dos niñas... esperaban a que culmine la jornada laboral de sus madres.

Ante mí aparecieron jugando, gritando y bailando... les tomo la primera foto y deciden hacer de modelos... ellas escogían el lugar, la luz, la posición... yo me limitaba a "disparar". El mérito es todo de ellas.

miércoles, 11 de mayo de 2011

Ternura camboyana


Un día antes de celebrar el año nuevo... teníamos la visita obligada a los templos de Angkor... un calor intenso... nos aprontamos, el tuk tuk nos esperaba en la puerta del hotel. Allá vamos, Preah Khan, Bayón y la Terraza de los Elefantes... impresionante.

Ahora toca Angkor Wat... descanso obligado. Realmente hace calor.

Mientras hacíamos tiempo, se nos acercan cinco niñas, de entre 5 y 11 años, aproximadamente... todas ellas con algo para vender. Todas ellas hablando inglés. La negociación da paso al entretenimiento. ¡Hagamos gestos de estar molestas!. Enganchadas. Unas risas. Qué genial.

Olvidé el nombre de la niña, pero recuerdo su dulzura, inteligencia y sobretodo su amplia sonrisa. Se las presento.

lunes, 9 de mayo de 2011

El camino de los monjes budistas


Esta foto fue tomada en una de las pagodas principales de Phnom Penh (Camboya)... las pagodas son, en general, pequeñas "ciudadelas" de culto y de convivencia, ya que en ellas viven los estudiantes de las escuelas, monjes y personas de bajos recursos. Están abiertas al turismo, y aunque son muy amables, es probable que te tengas que dejar USD 1 dólar en la visita.


Cuando uno llega al país, va con todos los prejuicios sobre los monjes budistas (uno piensa en el Dalai Lama y en los muchachitos de naranja que dominan el kung fu); sin embargo, después verlos tocar la guitarra o jugar al fútbol, uno no puede resistir esbozar una pequeña sonrisa. Aún recuerdo al que nos dijo: "yo prefiero ir a jugar al fútbol que estudiar o meditar".


En una de las salidas de la "ciudadela", mientras esperaba que el reloj marque las 6 para encontrarme con mi compañero - que había ido al Palacio Real y a la Silver Pagoda - me encontré esta imagen, había poca luz y tenía que ser inmediata y sin que el monje se de cuenta, con el fin de evitar - o que se vaya - o una imagen forzada.


Yo creo que quedó bien... y con pequeños retoques también.