Cuando uno llega al país, va con todos los prejuicios sobre los monjes budistas (uno piensa en el Dalai Lama y en los muchachitos de naranja que dominan el kung fu); sin embargo, después verlos tocar la guitarra o jugar al fútbol, uno no puede resistir esbozar una pequeña sonrisa. Aún recuerdo al que nos dijo: "yo prefiero ir a jugar al fútbol que estudiar o meditar".
En una de las salidas de la "ciudadela", mientras esperaba que el reloj marque las 6 para encontrarme con mi compañero - que había ido al Palacio Real y a la Silver Pagoda - me encontré esta imagen, había poca luz y tenía que ser inmediata y sin que el monje se de cuenta, con el fin de evitar - o que se vaya - o una imagen forzada.
Yo creo que quedó bien... y con pequeños retoques también.
Muy buena foto. Pero la historia del viaje... me dejó con ganas de más! Ya espero la siguiente entrada!
ResponderEliminarUn abrazo!
¡Muy chula la foto, compadre!
ResponderEliminarCoincido con los dos! La foto es preciosa y me he hecho seguidora porque quiero más entradas!!!
ResponderEliminarMe encanta...quiero más historias de trotando ando...
ResponderEliminarqué bonito... ah! el compañero era yo!!! citame debidamente!!!!
ResponderEliminarLinda foto.
ResponderEliminarMuy buena historia!!!!.....cuéntanos más....estoy a la espera de nuevas entradas...
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